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Endeudamiento externo, obra pública faraónica y represión: los pilares para la viabilidad del proyec


Argentina derogó la ley cerrojo, lo cual le ha permitido al actual gobierno del Ingeniero Mauricio Macri, volver a los mercados financieros internacionales para endeudarse y finiquitar las disputas que aún mantiene nuestro país con los fondos holdouts (fondos buitres).

Los organismo internacionales de crédito como el FMI y el Banco Mundial han visto con buenos ojos la reanudación de las relaciones financieras entre estos y la Argentina y están dispuestos a brindarles la asistencia financiera que el gobierno PRO necesite – se espera que el gobierno nacional pida al FMI 12.000 millones de dólares para pagarle a los fondos buitres-.

Las auspicios y los apoyos por parte de los organismos internacionales de crédito para con la Argentina no son solo ideológicos – en la Argentina se eligió, por voto popular, a un gobierno neoliberal a fin a los intereses de las grandes empresas extranjeras, a la oligarquía criolla diversificada y a los intereses de Washington- sino también responden a una dinámica económica mundial de acumulación de capital y de negocios.

Las nuevas tecnologías de extracción de crudo como el fracking y la normalización de la producción de crudo en los países antes agobiados o por la invasión de la OTAN (Libia) o por la Primavera Árabe (Egipto, Barein, Argelia, Kuwait, Catar) sumado esto al retiro de las tropas de ocupación norteamericanas de Irak y Afganistán, han hecho que la oferta de crudo se vaya por las nubes y el precio del barril esta por el piso (hoy el precio de barril esta alrededor de los 40 USD).

Los países nucleados en la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) no han llegado a un acuerdo sobre cuál debe ser el precio del barril. Muchos países árabes necesitan el ingreso de divisas por la venta de petróleo barato para la reconstrucción de sus países, como Egipto, Libia, Irak y Afganistán. Por otra parte, los países exportadores de crudo no quieren perder consumidores con los nuevos productores de petróleo como Estados Unidos y Canadá, que han alcanzado ese status, gracias al fracking que ha revolucionado al sector petrolero.

Por su parte las potencias centrales, como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia y Japón, todas en recesión desde 2008 – 2009, necesitan de petróleo barato para poner en funcionamiento sus economías estancadas. A esto hay que sumarle la reconversión económica por la cual está atravesando China, que para hacer frente a la recesión y mantener índices aceptables de crecimiento, ha reducido sus compras en el exterior de petróleo y de otras materias primas (entre ellas la dichosa soja, producto exportable por excelencia por estas pampas) para fortalecer su mercado y consumo interno.

Al haber más oferentes de petróleo por nuevas tecnologías (fracking), como los Estados Unidos y menos demandantes como China, el resultado ha sido una sobreproducción de petróleo a precio muy barato.

Pero el mundo sigue girando y las economías centrales y periféricas siguen requiriendo petróleo, el principal insumo de todos los sectores productivos, y los ingresos por ventas de crudos de los países árabes exportadores de petróleo se ha mantenido y en ciertos casos ha aumentado, debido a un efecto ingreso (a menor precio del bien mas compra de este bien).

Los nuevos neo-petrodólares se siguen depositando “safe and sound” en los bancos occidentales. Estos tienen grandes masas monetarias en dólares que tiene que recolocar rápidamente para pagar intereses a los depositantes. La solución al problema es la misma que se presentó luego de la Crisis del Petróleo de 1973, el endeudamiento externo de los países en vías de desarrollo.

Hoy la circuitos financieros rebozan de neo petrodólares y necesitan de hambrientos deudores para colocar la masa monetaria, a tasa variable “of course”, para generar dividendos que necesitan los países árabes para su reconstrucción y/o enfrentar la guerra que mantiene contra el Estado Islámico (ISIS).

Y aquí es la parte en donde entra nuestro país. Ansioso por honrar las deudas con los fondos buitres, vuelve al ruedo del circuito financiero internacional de la mano del gobierno macrista, en donde todos están deseosos de prestar.

La neo-deuda externa Argentina, se reinicia para tres objetivos, dos inmediatos, pagarles a los fondos buitres y reprimir la protesta social; y otro mediato, endeudar al país para la realización de obra pública y disposición de divisas en el BCRA para el atesoramiento por parte de los locales.

En otras palabras, Macri va a endeudar al país para pagarle a los fondos Buitres (alrededor de unos 9.000 de dólares norteamericanos sin contar los servicios a la deuda); por otro, impulsar un plan económico de obra pública faraónica y de “dólares para todos”, sumado al aumento del gasto público solamente en el sector de seguridad, encargado de reprimir protestas y huelgas.

Es que el sesgo liberal y anti popular del gobierno del PRO, que no escatima en tomar medidas anti laborales y anti productivas, sumado a declaraciones fuera de lugar que marcan una clara revancha de clase (“la grasa de la militancia”, “los despedidos son todos ñoquis”, “ahora todos van a tener que trabajar”), ponen de manifiesto que el endeudamiento externo ni siquiera pasara por los sectores populares, el mercado interno y la industria nacional.

Catalogados como choriplaneros seriales y brutos que se comieron el relato de la ex dictadura demagógica populista acaparadora de dólares en bóvedas del tamaño de tío Mc Pato, los sectores populares son siempre objeto de sospecha por parte el macrismo. Empoderarlos aún más, perjudicaría los negocios del gobierno que mantiene con los terratenientes locales y los grupos económicos y multimediaticos monopólicos. Es por ello, que sin vacilar se puede decir que, el endeudamiento externo no irá a parar a los sectores populares, más precisamente, al aumento de salarios, ala urbanización de barrios, a la construcción de nuevas escuelas y hospitales, al transporte público, a la ciencia y a la tecnología, a los jubilados, a subsidios, ni a créditos para pequeñas y medianas empresas.

La deuda pasara directamente, previo pago a los fondos holdouts, a la realización de obras faraónicas, a la vieja usanza del menemismo, para que por un lado, se palee el gran número de desocupados que las políticas de ajuste del macrismo ha generado y para que la prensa, que acompaña al nuevo gobierno blindándolo de las críticas, pueda difundir entre los diferentes estratos sociales, a estas pirámides de la obra pública, como claros ejemplos de la eficiencia y eficacia del gobierno neoliberal-gestor de Macri, que pudo realizar estos hitos sin la necesidad de recurrir a la odiosa ideología política.

Otra parte del endeudamiento pasara al sector financiero interno para que estén a disposición de la clase media la posibilidad de seguir ahorrando en dólares, posición aún más acentuada, luego de la devaluación del 40 % que operó el gobierno de Macri a principios de año.

Por último una parte del endeudamiento será destinado a fortalecer las fuerzas de seguridad, sobre todo las de inteligencia y la policía, para contener la protesta social, que está generando el ajuste y que puede agravar el endeudamiento externo futuro.

Para concluir, el gobierno de Macri solo podrá sobrevivir a lo largo del tiempo, y soñar con una reelección, si es que los fondos de divisas siguen arribando al país. La clase media estará contenía con la posibilidad de ahorrar dólares, la clase trabajadora contenida a los bastonazos y todos confundidos en el lodazal mediático que nos mostraran las autovías inteligentes de Macri, y algún que otro joint Venture minero con capitales extranjeros exceptos de retenciones, aunque no haya muchos cero kilómetros nuevos para recorrer estas autovías, ni muchos trabajadores que puedan compra un Rolex de oro.


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