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Del olor a azufre al olor a Banco


En el 2005 la imposición de libre comercio que venía a imponer Bush a los latinoamericanos fue tirada “ALCArajo” por los presidentes de la región. Un año después, el comandante Hugo Chávez denunciaba el olor a azufre que había en la ONU en referencia al presidente genocida. Una década después Macri le da la bienvenida a las nuevas relaciones carnales con Obama, y a través de él, con los bancos.

De Krieger Vasena a Prat Gay

El ministro de Economía y Trabajo de Onganía congeló los salarios, ofreció créditos a la gran empresa y entregó los bancos nacionales al control imperialista. Con el objeto de “modernizar la industria”, eliminó los aranceles aduaneros que tenían carácter proteccionista. La política económica de Krieger Vasena estaba ligada a la implantación del mercado libre de cambios, junto a los mecanismos legales para transferir capitales desde nuestro país hacia el exterior[1].

Estábamos ante una desnacionalización de nuestros bancos y nuestra industria, y ante una penetración del capital extranjero, principalmente norteamericano. Con ello, no se instalaron nuevas empresas, sino que las multinacionales se apoderaron de las existentes a precio de remate.

Tras dejar su cargo Krieger Vasena fue designado por el monopolio de los alimentos Deltec Internacional como Director Ejecutivo.

Por su parte, el Ministro de Hacienda y Finanzas del gobierno de Macri hizo carrera en la banca internacional, (en la JP Morgan más precisamente), para luego ocupar un cargo en el gobierno pro imperialista encabezado por el burro bailarín y la cantante de balcones.

Los denominadores comunes son: liberalización de barreras aduaneras o del control de cambios, devaluación, inflación y congelamiento de salarios vía eliminación de paritarias, eliminación de retenciones y pago a los buitres. La entrega a manos imperialistas se repite. Nuevamente como tragedia.

Los acuerdos Obama-Macri

En la visita del Jefe de Macri a nuestro país se firmaron varios acuerdos que implican una entrega de la soberanía frente al Estado genocida del norte. Según lo que se ha podido conocer hasta el momento, se realizaron acuerdos de Seguridad (narcotráfico y entrenamiento de nuestras Fuerzas por parte de EEUU), Comercio e Inversión.

A Macri se le caía la baba cuando alardeaba sobre la oleada de inversiones que procederían desde el norte. Al mismo tiempo, el imbécil decía con total cinismo que obtendremos el libre ingreso de limones a EEUU.

La llegada de Obama a nuestro país fue para apoyar los intentos de Macri por “normalizar la economía y abrir el país al comercio y las finanzas globales”[2] y transformarnos en los principales socios de EEUU en la región. El Presidente intenta ser un buen alumno.

El problema es que la tilinguería argentina ha quedado boquiabierta ante tanta parafernalia imperialista disfrazada en el morocho Obama, su “bestia” y su mujer hablando de la liberación femenina. Pero en realidad, las economías norteamericana y argentina no son complementarias, tal como lo dijo Kicillof el domingo 3 de abril en Mendoza; EEUU exporta manufacturas, pero no necesita de los productos primarios argentinos. Ni los limones. Son los bancos.

Aquí hay olor a banco

Prat Gay era un empleado de la JP Morgan, que fue uno de los bancos responsables de la crisis del sistema financiero, y de lavado de dinero y explotación petrolera ilegal en Malvinas, entre otros ejemplos. El pago a los fondos buitre que el Congreso pro macrista aprobó en las últimas semanas, va en el sentido de “incorporar” nuevamente a nuestro país en los mercados financieros. Prat Gay y Macri son la llave. Lo demás es pantalla.

Las supuestas inversiones norteamericanas anunciadas en la Sociedad Rural durante la visita del genocida Nobel de la Paz, no alcanzan los 4.000 millones de dólares en tres o cuatro años. Cifra ínfima para compensar, en el caso de que fueran útiles a nuestros intereses, la suma que implica la deuda que se tomará para pagar a los buitres y que asciende a los 12.000 millones de dólares.

Recordemos aquí que los comisionistas, intermediarios y prestamistas de dicha deuda, son los grandes bancos internacionales, patrones de Prat Gay: HSBC, City Bank, entre otros.

Cuando Macri “militaba” en la UCEDE (a la derecha de Menem, así que imagínese el lector…), junto a Bossio o Boudou, ya había decidido tomar otro camino respecto de su padre. No porque fuera mejor, sino porque daba más plata que las contrataciones con el Estado (Franco Macri). Se trataba del sistema financiero.

Hoy, no sorprende encontrar implicado y protagonizando en los “Panamá Papers” a Mauri. El presidente había constituido una empresa fantasma para “ocultar su patrimonio” como dicen los periodistas que descubrieron todo. Entre los creadores de las empresas fantasmas, tal vez la de Macri, figura el HSBC. Es decir, estamos en presencia del sistema financiero usurero quintaesenciado en Macri y sus Ministros.

Ahora bien, no pretendemos caer en la discusión de si es legal o no, o peor, en esa disyuntiva hipócrita y cagadora que nos pretende imponer la cretina de Michetti de si es ético o no (ella dice que no es antiético por no decir que es ético, en una suerte de construcción vicepresidencial –Cobos dijo no positivo cuando quiso decir negativo-). Pero cualquiera que tenga una cuenta o empresa en un paraíso (guarida) fiscal, está jodiendo a alguien. Es un plato de comida que le falta a un argentino o un africano. Es un salario menos, o millones de salarios menos. Lógica propia del sistema financiero de los Singer, los Martínez de Hoz o los Prat Gay.

Aquí señores, vuelve a haber olor a azufre, a putrefacción, a descomposición. Eso trae despidos, hambre, miseria. Aquí, hay olor a banco.

 

[1] Ramos, Jorge Abelardo. La Era del Peronismo.

[2] http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-295548-2016-03-27.html

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